De acuerdo a documentos del Cesid a los
que he tenido acceso, la “recomposición” de los Zetas en Quintana Roo y
el sureste mexicano, fue posible gracias a hombres como Greg Sánchez, su
familia y sus amigos. En este tema, los Zetas en concreto, es uno de
los cuatro cárteles de la droga que han incursionado en la trata de
mujeres y niñas. Controlan una gran cantidad de negocios de “giros
negros” explotando sexualmente a miles de víctimas.
En la exclusiva clientela que frecuentaba
el Cadillac y el Solid Gold, hay hombres de poder del gobierno federal,
hombres cercanos a Enrique Peña Nieto, importantes senadores, diputados
y funcionarios. Por eso, es importante mencionar que la cadena Solid
Gold trae mujeres de diferentes países a México; una red de trata
vinculada con Raúl Martins que ha extendido sus redes a San Ángel, Santa
Fe y la Zona Rosa, entre otros lugares. Y que tiene ilustres
defensores de estos negocios como el litigante y ex senador panista,
Diego Fernández de Ceballos.
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